jueves, 10 de marzo de 2011

Deforestación.

Las consecuencias de la destrucción de la capa arbórea de todo el mundo constituye un problema grave con consecuencias múltiples. Dentro de los efectos se encuentra: la reducción de la productividad general de la zona, el suelo está más sujeto a la erosión, se altera el ciclo hidrológico, disminuye en buena medida la biodiversidad y se reducen las reservas de nutrientes y biomasa antes almacenadas en los restos de árboles y hojas.
De acuerdo con el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, se destruyeron 9.6 millones de hectáreas de bosques tropicales anualmente. Y es que la deforestación de todos los países ha procedido con una velocidad alarmante desde la Revolución Industrial, pero se reduce al hecho de que los países en el que ocurre este problema necesitan mayor progreso económico y su crecimiento demográfico es apresurado.
De acuerdo a un estudio realizado acerca de los cambios ecológicos por causa de la deforestación, se concluyó que esta actividad humana trae como consecuencia la transmisión de enfermedades por vector como la malaria, esquistosomiasis, filariasis y la enfermedad de Chagas.
Es evidente que la deforestación no será fácilmente controlada por múltiples razones: ausencia de voluntad política y organización, la poca voluntad de reconocer y aceptar las consecuencias a largo plazo, inhabilidad de controlar los responsables y la falta de capacidad científica para admi nistrar los recursos naturales.


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